España | Gus Wüstemann tiene esa habilidad para captar los diversos matices que la luz tiene en entornos saturadamente blancos. Tal vez por su origen alpino, y su contacto con la nieve, sea recurrente que Wüstemann insista con el tema blanco. En el caso de esta casa en el área gótica de Barcelona, este arquitecto suizo, nos presenta un proyecto en el que el elemento principal es el juego de luces y esto lo logra trabajando las áreas vivas en relación con la cocina y el baño, en realidad ambas habitaciones forman una L, pero el buen Gus ha decidido llamar a su proyecto Crusch Alba, (Crusch porque es como se oye la palabra cruz en Barcelona y Alba por blanca.) Cruz Blanca es pues Crusch Alba.
Desde el punto de vista de Wüstermann, antiguamente la luz del día en la Barcelona vieja, no era tan apreciada en su arquitectura. Hoy hay una fachada importante que toma en cuenta, balcones, ventanas y tragaluces.
Las paredes de piedra, el enyesado y el techo original, con sus rugosidades han sido conservados y protegidos por una capa de barniz, para contrastar lo blanco de la casa con esos toques de rusticidad gótica.
A la par que resolvía el tema de la luz, Wüstemann, vuelve a plantearse el tema de que hacer con el espacio que sobra, según él la mayoría de los apartamentos perderá valiosos pies cuadrados cuando cocinas, escaleras, vestíbulos y otras áreas utilitarias se restringen a sus funciones. "¿Por qué las cosas de una casa se hacen solo en un 40 por ciento del espacio de las mismas y una sola vez al día?" Wüstemann se inclina por la creación espacios polivalentes.
La idea es combinar dos usos: la cocina y el cuarto de baño, ambos iluminan los espacios blancos, formando una cruz blanca.
En ese aspecto, lo que está fuera del área de la cruz blanca se convierte en el “espacio exterior”, generando atmósferas como si la mirada fuera de una ventana en otro paisaje. Intencionalmente las ventanas verdaderas se incluyeron en el proyecto, así como los techos pintados, los papeles tapiz, muros de piedra viejas crudas del gótico e incluso yeso crudo de las nuevas intervenciones del edificio.
Los dormitorios reales y el cuarto de baño se pueden dividir por las puertas deslizantes grandes y no son definidos por la cruz en sí mismos.
Hay una pared estructural importante que separa el área viva de la cruz blanca y las áreas privadas del apartamento. Dos aberturas del tamaño de la puerta y una ventana a un patio ligero son la única conexión al área viva, dividiendo el plano en dos porciones.
Eliminamos la pared original en una secuencia de elementos, de modo que las aberturas se conviertan en espacios de conexión.
Los volúmenes de madera que ejecutamos encima de la vieja estructura, la estructura de piedra histórica del Gótico. Entre la vieja capa y la nueva puesta en práctica hay siempre un horizonte de la luz, ampliando el espacio donde está normalmente el extremo de un cuarto (periferia, donde las paredes y reunión del piso).
Ficha ténica:
Galería:
- Arquitectura: Gus Wüstemann
- Fotografía: Bruno Helbling
- Estilismo: Aliya Knightley
Enviado por: Roberto Praga