Junto al chocolate y los relojes, el Centro Paul Klee de Berna es uno de los tesoros nacionales de Suiza. Situado a las afueras de Berna (a sólo diez minutos del centro en autobús), se ha convertido ya en una de las obras arquitectónicas más emblemáticas de lo que llevamos de siglo XXI. Renzo Piano, al igual que hizo en la Fundación Beyeler de Basilea, integró en este maravilloso edificio arquitectura y naturaleza. Klee también fundió la naturaleza en sus trabajos.El arquitecto italiano creó tres colinas de acero y cristal, que parecen tan frágiles, livianas y poéticas como las obras de Paul Klee: una dedicada al Klee músico y pedagogo, otra al pintor y poeta, la tercera al investigador y matemático. El centro alberga 4.000 de sus 10.000 obras, siendo el mayor museo del mundo dedicado a un solo artista. Visita obligada para los amantes del arte y la arquitectura.«Un lugar, como dijo Renzo Piano, para fertilizar la mente».
Enviado por: PERUARKI