Madrid - 25/11/2009 | Ser y parecer. Éste es el discurso del método que han empezado a aplicar los bodegueros de Castilla y León en sus negocios desde hace algún tiempo para vender más vino. La idea de rehabilitar o construir nuevas bodegas con diseño bajo el cuño de arquitectos tan prestigiosos como Rafael Moneo, Richard Rogers o Norman Foster (en el ámbito internacional) o los españoles Santiago Calatrava o Federico Ortega es innovadora, pero no nueva. Ya en otras zonas vitivinícolas españolas muchas bodegas se han sumergido en proyectos arquitectónicos millonarios, que no sólo ayudan a vender más vino, sino también a hacerlo a unmayor precio.Marqués de Riscal (Álava) o Bodegas Chivite (Navarra) son sólo dos ejemplos de este nuevo fenómeno, que aúna el vino con la arquitectura y tiene revolucionado a este sector.
Los principales motivos de este movimiento que ha cuajado fuertemente en Castilla y León se pueden reducir a tres. La introducción de las nuevas tecnologías en un sector hasta hace poco muy artesanal, la nueva tendencia a valorar ahora los viñedos como paisajes, así como los nuevos criterios medioambientales han traído un nuevo concepto de bodega a España más parecido al château francés, según asevera el arquitecto español Diego Peris, que en su libro Arquitectura y cultura del vino recoge este fenómeno también en Castilla- La Mancha.
La principal característica de este tradicional modelo, que a los caldos del país vecino le ha otorgado esa fama internacional, es la incorporación de la bodega dentro del viñedo. Un conceptomás eficiente de la explotación que ayuda a controlar totalmente la calidad de los vinos en todos los pasos del proceso de producción. Si bien en España y en Castilla y León el modelo ha ido más lejos. Aquí la búsqueda de la eficiencia ha sustituido los tractores por las cajas (en la vendimia), ha incorporado nuevas variedades de uva (cabernet sauvignon, entre otras), así como el riego por goteo y los controles de humedad y temperatura.
Actualmente, muchas bodegas se han convertido en verdaderos negocios para el turismo de las regiones, al introducir además salas de exposiciones, tiendas, visitas guiadas por enólogos, catas, restaurantes e incluso hospedajes. La bodegas Protos, en Peñafiel (Valladolid), obra de Richard Rogers, son un buen ejemplo de esta nueva forma de producir, vender y popularizar el vino.
Pero éstas no son las únicas causas que están haciendo del vino un imán paramuchos inversores, dada su rentabilidad. La actual demanda de calidad en los caldos, exigida además por las denominaciones de origen (en el caso de Castilla y León, Ribera del Duero), ha sido el principal acicate de los cambios, según asegura FedericoOrtega, arquitecto y presidente de la bodega Anta Banderas, proyecto en el que el actor español Antonio Banderas ha comprado recientemente el 50% del capital. ParaOrtega, autor del diseño, "la calidad exige nuevas tecnologías y las bodegas son las encargadas de mantener el equilibrio entre la explotación natural y la capacidad industrial, poniendo el acento en cuestiones de evocación,medioambientales y de imagen".
La imagen es precisamente otro de los ejes que se han empezado a mimar. Ahora ya se vende el lugar de producción y la bodega define a la perfección la imagen del vino que se está vendiendo, además de la zona, asevera Peris.
Una decena de cavas en proceso de reforma
Más de una decena de negocios del vino de Castilla y León se han dejado seducir por el diseño para mejorar su eficiencia y sus números. Una de las primeras en apuntarse a este carro ha sido Hacienda Monasterio, una bodega moderna, situada en Pesquera de Duero, al norte de Valladolid, y proyectada por el arquitecto francés Philippe Mazierés.
También en Valladolid (Castrillo de Duero), Cepa 21, propiedad de la familia Moro, ha invertido más de 12 millones de euros en un proyecto, cuyos materiales casi en su totalidad son de hormigón blanco, cristal y cinc en las pirámides de su cubierta. Esta bodega, inaugurada recientemente, ha sido proyectada por Alberto Sainz de Aja y José Manuel Barrios.
Hasta la Denominación de Origen Ribera del Duero ha querido sumarse a esta tendencia vanguardista. Aprovechando una construcción existente, Fabrizio Barozzi y Alberto F. Veiga, han desarrollado un proyecto de piedra de la zona, evocando el paisaje próximo a Roa (Burgos).
Dos cubos de piedra y acero unidos por un túnel con grandes cristaleras es la distribución del proyecto de la Bodega Comenge, situada en Curiel de Duero (Valladolid). Obra de Jorge Gallejo y Antonio Fernández, esta bodega se enmarca sobre una marea de viñedos. Por su parte, Nacho Liso ha diseñado el proyecto de Hacienda Abascal, que acoge un wine hotel, un centro de enoturismo y una colección de arte.
Vía: http://www.cincodias.com/articulo/Sentidos/bodegas-convierten-templos-vino/20091125cdscdicst_2/cds5se/
Enviado por: CAH