A muchos seguramente les debe haber pasado que luego de instalarse en una casa se encontraron con una gran superficie de paredes blancas que los invitaban a la decoración, pero aunque ello parezca sencillo, algunas veces puede resultar algo complicado, debido a la escasez de ideas o porque simplemente no estamos inspirados en ese momento.

Aunque no parezca, el estar parado frente a una gran pared blanca a la que sabemos que tenemos que cambiarle algo puede ser una situación frustrante, lo que se puede solucionar con algunos pequeños consejos que pueden servir para empezar y que luego se verán complementados con otras ideas que pueden surgir a partir de los cambios básicos.

Una opción bastante simple, sencilla, práctica y muy a la mano, es la de utilizar vinilos decorativos para embellecer las paredes en casa, y la variedad que podemos encontrar en las tiendas es tan diversa y extensa, que fácilmente podremos encontrar algo que se adapte a nuestros gustos.

Otra forma que nos posibilita decorar más sustancialmente una pared blanca es la de realizar algunos trazos en pintura en zonas específicas de la pared, que finalmente pueden terminar convertidos en un zócalo o en un contrazócalo, los cuales le darán otra dimensión y forma a sus diseños.

Si tienes un gusto particular por la naturaleza, puedes optar por colocar sobre las paredes blancas algunos adornos, macetas suspendidas, bodegones o cualquier otro elemento que nos proporcione un aire natural al espacio.

Algunos más intrépidos seguramente pueden recurrir a la ayuda de un amigo artista que  realizaría algunos trazos o dibujos especialmente diseñados para tu hogar.

Y así por el estilo, existen otras propuestas simples o menos simples, como la colocación de paneles en sectores de la pared, un empapelado parcial, una ventana falsa, y muchas otras ideas que pueden ayudarnos a no tener un espacio demasiado simple en casa.